Anuncian a los ganadores del Concurso de Emprendimiento de Alto Impacto 2025 del ITESO
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Anuncian a los ganadores del Concurso de Emprendimiento de Alto Impacto 2025 del ITESO
Un fertilizante elaborado a partir de vinazas, gomitas que resuelven los problemas de sensibilidad al gluten y un sistema que combina el cultivo de hortalizas con la piscicultura son los tres proyectos ganadores.
Diana Alonso
Salud, educación, inclusión y sustentabilidad fueron algunos de los enfoques de los diez proyectos finalistas del Concurso de Emprendimiento de Alto Impacto 2025, organizado por la Desarrolladora de Empresas de Alto Impacto del Centro para la Gestión de la Innovación y la Tecnología (Cegint) del ITESO.
En esta séptima edición, el primer lugar fue otorgado a Agrovin, enfocado en la producción de fertilizante químico a partir de vinazas tequileras; el segundo lugar fue para Bifi, un emprendimiento que produce gomitas probióticas, y el tercero a Akua Zero, un sistema híbrido bioenfocado. Los tres proyectos destacaron por su innovación y compromiso social.
No se trata sólo de un concurso que apoya el desarrollo de emprendimientos viables y sostenibles, sino que también representa un proceso formativo que acompaña a los participantes a lo largo de tres etapas. En cada una de ellas se les brinda acceso a contenidos especializados, así como a sesiones de mentoría, con el fin de fortalecer sus proyectos y así consolidar sus negocios.
Convertir la vinaza en fertilizante
La vinaza es uno de los desechos más grandes de la producción del tequila. Por cada litro de esta emblemática bebida se generan entre 10 y 15 litros de este residuo, compuesto por una gran cantidad de sólidos, materia orgánica e incluso metales pesados. “Por su naturaleza ácida y contaminante es una grave amenaza para los suelos, ecosistemas y comunidades cercanos a las zonas productoras, si no se trata de la manera adecuada”, mencionó el equipo que desarrolló Agrovin, integrado por Ilia Otal, Jesús Núñez y Elizabeth Ramírez, egresados de Ingeniería Química, quienes lograron convertir este residuo en un producto de valor para la agricultura.
“Las plantas tratadas con Agrovin florecieron en menor tiempo y produjeron una mayor cantidad de flores y frutos”, mencionaron en su presentación.

El prototipo ha sido validado en laboratorio y ha demostrado resultados efectivos en pruebas de campo. Como siguiente objetivo, el equipo busca procesar media tonelada de vinaza, con la se espera generar al menos 187 kilogramos de fertilizante. De acuerdo con sus estimaciones, esta cantidad les permitirá abonar entre 750 y mil 250 plantas de jitomate al mes. Además, durante el desarrollo del proceso se obtuvo un subproducto con potencial para la generación de energía eléctrica, lo que fortalece la sostenibilidad del proyecto.
“Su aplicación no impacta en la salud de las personas ni requiere un equipo especial. Nuestra propuesta mitiga un problema ambiental y beneficia en la producción agrícola, uniendo el campo y la industria en un proceso de economía circular”, añadieron.
Al obtener el primer lugar, el equipo fue acreedor a una beca para el Proceso de Desarrollo Empresarial y 200 mil pesos. Este apoyo les permitirá avanzar en el cumplimiento de diversas metas, como escalar su producción, incorporar talento estratégico en áreas clave (como logística, contabilidad y mercadotecnia), y establecer acuerdos comerciales con empresas tequileras.
Salud digestiva y emocional en una gomita
Vivir con estrés se ha vuelto parte de la rutina diaria. En México, aproximadamente 70 por ciento de la población lo padece y sus efectos no se limitan al estado emocional: uno de los más comunes es la inflamación intestinal. A esto se suma que 39 por ciento de las personas presentan alergia o sensibilidad al gluten.
“Un día nos detuvimos. Nos dimos cuenta de que vivir inflamada y con un nudo en el estómago no era normal y no debería ser lo cotidiano. Sabíamos que si nos sentíamos así, muchas otras personas también”, mencionaron en su presentación Sydney Armenta, Ana Gutiérrez, Mariana Pineda y Valeria Guerrero, las egresadas de la Ingeniería en Biotecnología que desarrollaron Bifi.
Formulado con bifidobacterium lactis, un probiótico que facilita la digestión del gluten y contribuye a la reducción de los niveles de cortisol (la hormona asociada al estrés), este producto ha demostrado, tras 30 días de consumo continuo, una disminución de 10.5 por ciento.

A diferencia de otros productos, su encapsulado garantiza una viabilidad probiótica de hasta seis meses, lo que supera los estándares actuales del mercado. Al obtener el segundo lugar, el equipo fue acreedor a una beca para el Proceso de Desarrollo Empresarial y 100 mil pesos.
El proyecto ya cuenta con validación de laboratorio. En 2024 el equipo ganó un concurso para gestión y financiamiento del trámite de patente ante el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial (IMPI).
“No solo es una gomita, es salud digestiva y emocional en una solución deliciosa, accesible y científicamente respaldadas”.
Donde el agua salada vuelve a dar vida
En Cofradía del Rosario, Jalisco, donde la salinización del agua impidió seguir regando los cultivos, nace Akua Zero, una iniciativa que combina ciencia, tradición e innovación para recuperar la productividad agrícola en zonas afectadas por la desertificación.
Se trata de un sistema de acuaponía 5.0 inspirado en las chinampas aztecas. Este modelo de producción circular recicla el agua de los peces para nutrir hortalizas, y aprovecha los residuos para producir microalgas, camarones y larvas de insectos, creando un ecosistema cerrado, sin desperdicios y sin consumo adicional de agua.

El proyecto se encuentra en un nivel TRL 8, por lo que está certificado con base en pruebas y demostraciones. Cabe mencionar que reduce hasta 95 por ciento el uso de fertilizantes y disminuye en 25 por ciento el consumo de materias primas; no genera desechos ni requiere agua adicional, lo que garantiza un uso eficiente y sostenible de los recursos.
El equipo está conformado por Aleida Ríos, estudiante de la Licenciatura en Derecho; Luis Souza, personal del Departamento de Electrónica, Sistemas e Informática (DESI) del ITESO, y Carlos Ramírez, quienes al ganar el tercer lugar obtuvieron una Beca para el Proceso de Desarrollo Empresarial y 50 mil pesos.
En esta edición del concurso se recibieron 71 proyectos. También se presentaron emprendimientos como Munnu, ANTECH Living, MEERA LAB, NutriGut, ALUS, Ser Mayor y Centro de Control Maestro, los cuales fueron evaluados y retroalimentados por un jurado integrado por Gerardo Blanco, fundador y director de Evolutel; Karina González, coordinadora de BBVA Spark Space; Fernanda Samayoa, directora de SCAL Comunicación; Daniela Gómez, titular de la Dirección de Emprendimiento de Zapopan, y Javier Santana, director de transformación digital de Contpaqi.
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